Mi camino en TI no inició con el datacenter. Hice mis primeros pings en granjas de servidores. En este lugar se tenían torres y torres de Servidores con arreglos de discos en su interior. Por lo general una aplicación por servidor. Está clarísimo que mucho ha ocurrido desde entonces.
Hoy en día el Datacenter es casi lógico. La consolidación de servidores virtuales es una regla. Y es muy importante tener más de un sitio, ya sean estos activo-activo o que uno de los dos esté en modo inactivo -o en espera-.
Las nuevas formas de encarar el desarrollo trajo consigo nuevas necesidades. Las grandes aplicaciones monolíticas con plazos de desarrollo de 6 meses o hasta 2 años se convirtieron en micro servicios con desarrollos o sprints de desarrollo muy cortos que entregan características mucho más rápido -y hasta de manera continua- dirían los más atrevidos. Los datacenters tan manuales. Ese conjunto de cómputo, storage y networking tan cercanos pero distantes a su vez, tuvieron que adaptarse y un nuevo elemento más ágil y adaptable a estas nuevas formas modificó el panorama de TI. El Cloud.
Los micro servicios y su portabilidad entre distintos datacenters y cloud providers. La integración casi natural de los micro servicios con las herramientas cada vez más interesantes de los proveedores de nube vuelven a estos últimos un lugar muy acogedor para migrar estas cargas. La nube es un nuevo hogar, dulce hogar para las aplicaciones.
Y no, no estoy diciendo que el cloud sea el epicentro de TI. No todo se puede subir a la nube, y posiblemente nunca subirá. El nuevo centro de TI son las aplicaciones -como siempre debió ser- y estas aplicaciones con todos sus micro servicios, dependencias e integraciones pueden estar de manera efímera en un data center primario, secundario, una región de mi cloud público favorito o en el otro cloud público que tiene alguna ventaja en ese momento.
El Datacenter tampoco es el mismo que nació poco después de la granja de servidores. El datacenter evoluciona o debe evolucionar a uno Software Defined, automatizable u orquestado para estar a la par de su híper escalado primo lejano. Y ya que estamos tampoco podemos olvidarnos del primo recién llegado llamado Edge computing.
Las aplicaciones ahora pueden moverse de un chasquido. Por eso la descentralización del datacenter es inevitable.